Mujeres versus violencias
febrero 20, 2014
Dariela Aquique
HAVANA TIMES — Lamentablemente, aún perduran disposiciones donde la
mujer es un blanco perfecto de las violencias. La violencia obstétrica
es una de sus maneras. El término no es de mi invento. Tiene una
definición legal porque ya hay constituciones en las que se reconoce
como tal.
Cuando se considera patológico todo tipo de parto. Cuando se convierte a
la mujer en una paciente de forma automática y se realizan actos médicos
y farmacológicos rutinarios sin permitir que ella participe en las
decisiones sobre su cuerpo; estamos en presencia de la violencia obstétrica.
Sobre la práctica, la evidencia científica internacional pone de
manifiesto que el uso rutinario de la aplicación de la episiotomía no
está justificado. Vale destacar que la disminución de este método ha
sido estadísticamente significativa en varios países desde la década de
los ochenta.
La Organización Mundial de la Salud a partir de la revisión de
investigaciones sobre la asistencia a partos normales plantea prácticas
que debieran ser eliminadas por considerarlas perjudiciales o ineficaces.
Entre las que se debieran promover recomiendan que un miembro elegido de
la familia deba tener libre acceso durante el parto y el período postnatal.
Las palabras o frases insultantes empleadas para con las gestantes
durante el parto, como:…abre la patica… O como no te dolió cuando lo
estabas haciendo; son otra forma de violencia.
El material: El nacimiento en Cuba: análisis de la experiencia del parto
medicalizado desde una perspectiva antropológica, rubricado por Dailys
García-Jordá, Zoe Díaz-Bernal y Marlen Acosta Álamo, apuntó
importantísimos criterios sobre la violencia obstétrica en el contexto
cubano.
Estas especialistas realizaron un trabajo investigativo en tres
hospitales de La Habana con entrevistas y observación participante a 36
mujeres en parto, diez familiares y nueve obstetras y arrojaron estos
interesantes datos:
1- Muchas de las mujeres entrevistadas refirieron que colaboraron,
cumplieron órdenes y permitieron la exploración de sus cuerpos incluso
ante la presencia de personal ajeno.
2- En este contexto fueron pacientes denominadas en función del cubículo
o la cama asignada. Fueron tratadas como "mamita, mija, mijita, mi
chiquitica, negrita" y en pocas ocasiones señora.
3- El contacto entre obstetras y mujeres o familiares fue escaso. Por lo
general se limitó a recoger los datos necesarios para la historia
clínica y dar instrucciones. No se observó que se presentaran o
identificaran, ni que dieran explicaciones relacionadas con el proceso,
a menos que ellas las pidieran.
4- La exploración y observación médica fue constante ante la inminencia
del parto y por lo general por varios profesionales, obstetras,
residentes, estudiantes y enfermeros que rodearon a las mujeres.
5- "No puedo más" fue la expresión más frecuente por parte de ellas, que
solo recibió respuesta de algunas/os acompañantes, cuando estaban presentes.
6- El discurso de los médicos sugirió que los salones están diseñados en
función de los profesionales y no de las gestantes.
7- La episiotomía le fue realizada a 29 de las 36 entrevistadas. Los/as
obstetras declararon que se usa rutinariamente. Se refirieron a los
riesgos que implica; no obstante hubo disparidad de criterios en cuanto
a su necesidad.
8- La revisión del útero y la sutura de la episiotomía fueron
intervenciones muy traumáticas para la mayoría de las estudiadas, que se
quejaron de fuertes dolores y de que la anestesia era insuficiente.
9- El hospital determinó cuándo y por quién estaría acompañada y en qué
momento recibiría a su bebé.
Las autoras consideraron perentorio buscar alternativas basadas en
modelos asistenciales no hegemónicos para la atención al parto.
Pese al discurso oficial, la práctica evidencia que las mujeres somos
víctimas de diferentes formas de violencia. Ha quedado demostrado.
Source: Mujeres versus violencias - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=93940
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