martes, 14 de junio de 2016

A propósito del “feticidio” cubano

A propósito del "feticidio" cubano
Al mirar el desglose de abortos involuntarios y muertes prematuras
verdaderas las estadísticas cubanas se apartan de lo normal
Carlos Manuel Estefanía, Estocolmo | 14/06/2016 12:25 pm

Johan Norberg, colaborador del periódico Metro de Estocolmo, publicó el
primero de junio una atinada columna titulada: "Cuba parece manipular
las estadísticas de mortalidad infantil". En este artículo se cita a un
experto en temas cubanos, Erik Jennische, quien ha publicado en su
página personal el texto titulado "Pressfriheten och den kubanska
spädbarnsdödligheten" (La libertad de prensa y de la mortalidad infantil
de Cuba). Aquí se comentan datos ofrecidos por Granma el seis de enero
sobre la mortalidad infantil en Cuba, la cual para el año 2015 sería de
4,3 por mil nacidos vivos; un poco más alta que Suecia, un poco menor
que la de Estados Unidos, muy cerca de la media de la UE, un tercio de
El Salvador, una cuarta parte de Honduras y una quinta de Guatemala.
Jennische recuerda que el 2 de enero de 2015 el Órgano Oficial de
Partido Comunista de Cuba explicó lo bajo de nuestra tasa de mortalidad
infantil entrevistando un médico según el cual uno de los factores
importantes para conseguirla era la priorización de diagnósticos y la
"prevención" de defectos congénitos y enfermedades genéticas,
entendiendo por "prevención" el aborto.
El especialista sueco trae a colación dos investigadores chilenos que
examinaron la razón de la diferencia en la mortalidad infantil entre
Chile y Cuba, la cual para 2008 fue de 7,8 y 4,7 muertes por cada mil
nacimientos vivos respectivamente. Con la suposición de esta diferencia
podría deberse a que el aborto está totalmente prohibido en Chile, pero
permitido en Cuba, los científicos descubrieron que el 34 por ciento de
las muertes en Chile durante el primer año de vida se debió a
malformaciones congénitas y anomalías cromosómicas, mientras que en Cuba
este tipo de causa explicaba sólo en el 19 por ciento de los
fallecimientos. En este sentido el acceso al aborto significa que un
menor número de niños con defectos de nacimiento y anormalidades
cromosómicas nacen en Cuba. Jennische hace referencia además a un
estudio realizado por Roberto M. González, aparecido en la edición del
pasado agosto, de la revista Estudios Cubanos, que publica la
Universidad de Harvard. Se trató de investigar en ella la credibilidad
de las estadísticas sobre el número de abortos tardíos –muertes del feto
que pesa 500 gramos– con el número de muertes durante la primera semana
de vida (mortalidad neonatal precoz) en Cuba y los 24 países de la UE.
en el año 2008. Para ese año, en Cuba, la tasa de mortalidad durante la
primera semana de vida era de 2,13 por cada mil nacidos vivos, tan
grande como en Eslovenia, Eslovaquia y Alemania. Sin embargo, cuando
estos países informaron de entre 2,5 y 5,6 abortos por cada mil
nacimientos tardíos, Cuba reportó 13.
Al mirar el desglose de abortos involuntarios y muertes prematuras
verdaderas las estadísticas cubanas se apartan de lo normal. González,
citado por Jennische, sostiene al sistema de salud cubano hace pasar por
abortos involuntario lo que son en realidad muertes infantiles, cifra
que el sistema de la ONU disemina por todo el mundo como sin que nadie
se preocupe. Todo lo anterior es resumido por el redactor de Metro con
la afirmación de que la tasa de mortalidad infantil de Cuba es
probablemente el doble de lo que se afirma oficialmente. Norberg debería
continuar en esta misma línea informativa y entrevistar para sus
lectores suecos al disidente cubano Oscar Elías Biscet, recientemente
fue autorizado a salir de su país. Se trata de un médico que por
denunciar, las atrocidades cometidas contra los fetos en los hospitales
cubanos, entre otras aberraciones del régimen de Cuba, perdió su
trabajo, y más tarde fue condenado 12 años en la cárcel.
Una cosa sí debo señalar al comentarista de Metro: si a pesar de todo lo
anterior el régimen cubano sigue teniendo buena fama en el mundo, esto
no sólo se debe a sus supuestos logros sociales, la manipulación de
datos o la propaganda que le hacen fuerzas de izquierda criticadas por
Johan Norberg, en su trabajo periodístico.
El nombre de la dictadura cubana, a pesar de los años de desgaste, sigue
bien parado frente a buena parte de la opinión pública internacional,
esto se debe a que está protegido por fuerzas externas interesadas en
que Cuba siga reduciendo su población en una magnitud similar a la que
se da en países desarrollados, pero sin las ventajas de estos. Para el
capitalismo maltusiano que hoy controla el mundo se trata de una virtud
por la que Cuba ha de ser perdonada, sin importar las flagrantes
violaciones de derechos humanos que cometan los gobernantes de La Habana.

Source: A propósito del "feticidio" cubano - Artículos - Cuba - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/a-proposito-del-feticidio-cubano-325769

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